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BusinessConsultingoctubre 3, 20230Equilibrio financiero

Encontrar el equilibrio financiero resulta decisivo para que cualquier empresa pueda tener un futuro saneado a corto, medio y largo plazo. Conoce los aspectos más importantes que deberías tener en cuenta sobre este aspecto.

Para garantizar que una empresa cuenta con equilibrio financiero, se tienen que cumplir ciertos requisitos:

 

Liquidez. Si el activo corriente de la compañía es mayor que el pasivo corriente, la empresa tendrá suficientes recursos económicos necesarios para cubrir las deudas a corto plazo.

Solvencia. En este caso, los recursos necesarios se centran en un futuro a medio y largo plazo. La solvencia cuantifica la capacidad de la empresa para afrontar todas las deudas que tengan un vencimiento superior a un año. Para determinarla, se utiliza el ratio de solvencia: el ratio óptimo se sitúa entre el 40% y el 60% de endeudamiento. Unos niveles superiores pueden hacer peligrar la liquidez y dañar el equilibrio a largo plazo, mientras que los niveles más bajos indican un crecimiento reducido y una mayor capacidad de endeudamiento sin limitar la capacidad financiera de la empresa.

Por qué es importante el equilibrio financiero

El equilibrio financiero es importante porque indica, de alguna manera, el estado de salud de las finanzas de una compañía. Y esto es importante para garantizar la continuidad del negocio (cubrir los costes, obtener beneficios), pero también para atraer a socios y/o inversores.

Por ello, podemos afirmar que el equilibrio financiero permite aumentar la liquidez. Si la empresa funciona de manera adecuada y crece sin exceder los niveles de endeudamiento, poco a poco aumentará su facturación y tendrá más recursos propios.

Esto, a su vez, proporciona un segundo beneficio que es inherente a dicho crecimiento: la optimización de los recursos disponibles posibilitará captar más recursos financieros con un coste inferior. Cuanto mayor sea el ratio de solvencia de la empresa, más entidades de crédito estarán dispuestas a ofrecer su capital a un interés menor y, en consecuencia, la rentabilidad de esa inversión será aún más alta.

La gestión de la empresa debe estar enfocada en alcanzar el punto de equilibrio, ya que si se pierde, la liquidez se deteriora progresivamente y, con el tiempo, la solvencia de la empresa podría dañarse por completo, creando una situación en la que no podría hacer frente a sus obligaciones pendientes.

Estos son los 3 estados por los que puede pasar la situación financiera de la empresa:

🟢 Equilibrio normal. Se trata de la situación más adecuada. En este caso, como hemos calculado, el activo corriente es superior al pasivo corriente. La empresa no tiene ningún problema a la hora de afrontar sus obligaciones y la liquidez es óptima.

🟡 Desequilibrio a corto plazo. El pasivo corriente comienza a aumentar y, en consecuencia, el activo corriente disminuye. La liquidez de la empresa es menor y se pone en riesgo su solvencia. Para solventar esta eventualidad, se necesita vender activos o bien, llevar a cabo una ampliación del capital social, si se trata de una sociedad.

🔴 Quiebra de la empresa. En esta situación, la liquidez de la empresa ha desaparecido por completo. El pasivo total es mayor al activo total y, por tanto, el patrimonio neto de la empresa es negativo. En este punto, será necesario liquidar la empresa para que los acreedores puedan cobrar sus deudas.

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